Hipnosis y Grandes Temores:

El registro de los grandes miedos es amplio:
– miedo a ciertos animales, a la sangre, a las agujas, miedo a vomitar…
– miedo a las alturas, a la oscuridad, a las profundidades, a la claustrofobia,
– miedo a conducir – amaxofobia – o miedo a volar…
– miedo a las multitudes o, por el contrario, a los espacios vacíos, agorafobia…

Nuestros miedos nos protegen de situaciones o comportamientos potencialmente peligrosos.
Excepto cuando se vuelven irracionales, o incluso incontrolables, y cuando se enfrentan a cosas que no son objetivamente peligrosas. 

Respirar mejor y controlar un Ataque de Pánico:

Miedos y pánico:
Sabes que tu miedo no es racional y, sin embargo, tu cuerpo se desborda: sudoración, palpitaciones o incluso temblores o náuseas…
Y pronto el miedo -o a veces incluso el miedo al miedo- se apodera de ti y pierdes el control.

Uno de los primeros beneficios de la hipnosis es ayudar a desarrollar la calma física y mental.
Y anclarlo en ti para que puedas recuperarlo si es necesario.

Técnicas de Desensibilización:

Una vez que hayas establecido esta calma interior y te encuentres en estado de hipnosis, podrás trabajar en tu imaginación y a tu propio ritmo para reaprender a enfrentarte a las situaciones difíciles: primero imaginando el objeto de tu miedo desde la distancia o de forma disociada, y luego, paso a paso, acostumbrándote a la idea del mismo y a su proximidad.

La hipnosis, combinada con técnicas de visualización, te ayuda a desensibilizar y a domar gradualmente tu miedo.

Si tu miedo está vinculado a un trauma, te recomendamos que consultes a un médico o a un psicólogo para trabajar sobre el pasado.